Sin abrir los ojos, Ofelia se levantó y dió tres pasos hacia la mesa donde se encontraba la jarra de agua. Con un ruido sordo cayó al suelo, su cabeza rebotó dos veces al impactar la fria losa de su habitación.
Nadie la escuchó caer. A ninguno en el comedor le pareció extraña su ausencia durante el desayuno.
Tres dias tuvieron que pasar antes que descubrieran su cadaver hinchado a un punto que su cara parecia una masa amarilla y morada que daba nauseas.
Su más grande temor se habia vuelto realidad. Morir y que nadie supiera de donde viniera, sin que nadie la conociera. Sin que nadie supiera algo más que su nombre. Ofelia, ni siquiera era su verdadero nombre.
La que más sufrió fue la Sra. Carmen que por órdenes de Doña Mariana tuvo que limpiar la sangre coagulada, heces y orina que el cadáver habia liberado a lo largo de esos tres dias.
Jamás pudieron explicar la falta de corazón en el cadaver de la joven Ofelia. Muchos dicen que fue la razón por la cual llego a la hacienda, que alguien se lo habia robado y destruido sus ilusiones. Otros más hablaban de un diablo al que ella habia vendido su alma y que al haberse enamorado éste le quito el corazón para que no pudiera sentir.
Nunca se enterarian que la pequeña Ofelia no tenía sentimientos hacia nadie y nunca los habia sentido jamás por ningún ser vivo. Razón por la cual se encontraba sola y tan lejos de su hogar. Ella no tenia corazón.
Ella ni siquiera era Ofelia.
La enterraron en la fosa común, sin nadie que le llorara, sin flores o algunas palabras para reconfortar al viento y a la tierra que habian llegado a su sepelio.
Unas cuantas paleadas de tierra y a nadie le volvió a importar. Nunca la olvidarón por que jamás le prestaron atención.
Eso de no tener sentimientos era contraproducente al parecer.
Nadie la escuchó caer. A ninguno en el comedor le pareció extraña su ausencia durante el desayuno.
Tres dias tuvieron que pasar antes que descubrieran su cadaver hinchado a un punto que su cara parecia una masa amarilla y morada que daba nauseas.
Su más grande temor se habia vuelto realidad. Morir y que nadie supiera de donde viniera, sin que nadie la conociera. Sin que nadie supiera algo más que su nombre. Ofelia, ni siquiera era su verdadero nombre.
La que más sufrió fue la Sra. Carmen que por órdenes de Doña Mariana tuvo que limpiar la sangre coagulada, heces y orina que el cadáver habia liberado a lo largo de esos tres dias.
Jamás pudieron explicar la falta de corazón en el cadaver de la joven Ofelia. Muchos dicen que fue la razón por la cual llego a la hacienda, que alguien se lo habia robado y destruido sus ilusiones. Otros más hablaban de un diablo al que ella habia vendido su alma y que al haberse enamorado éste le quito el corazón para que no pudiera sentir.
Nunca se enterarian que la pequeña Ofelia no tenía sentimientos hacia nadie y nunca los habia sentido jamás por ningún ser vivo. Razón por la cual se encontraba sola y tan lejos de su hogar. Ella no tenia corazón.
Ella ni siquiera era Ofelia.
La enterraron en la fosa común, sin nadie que le llorara, sin flores o algunas palabras para reconfortar al viento y a la tierra que habian llegado a su sepelio.
Unas cuantas paleadas de tierra y a nadie le volvió a importar. Nunca la olvidarón por que jamás le prestaron atención.
Eso de no tener sentimientos era contraproducente al parecer.
1 comentario:
Me gusto mucho mas....
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